11 agosto, 2011

Todo tiene su fin...


Qué le vamos a hacer, todo tiene que terminar. Mis vacaciones tocan a su fin (Uo - uo - uo -uooooooooooooo). Han sido breves, pero lo bueno si breve etcétera etcétera.

Lo más importante de todo es que he descansado, me he vuelto a cansar, he hecho el vago todo lo que he podido hasta hartarme, he leído un montón, por fín he tomado un poco el sol (Diosmío, qué necesarios son esos rayitos y esa luz), he hecho bricolage que no veas cómo me relaja (me chifla hacer chapuzas en casa, pintar, cambiar los muebles de sitio, jajaja),he comido muchísimo, he probado cosas nuevas, he conocido lugares nuevos y me he reencontrado con lugares de siempre, he escuchado una música maravillosa... todo sin prisa, sin horarios, sin normas.

Y he llenado mi alma y mis ojitos y mis oídos de cosas bonitas. Que las hay. El mundo está lleno de cosas maravillosas que por desgracia la mayor parte del tiempo no conseguimos apreciar.

El lunes volvemos a la carga Ti tiri tirí tirí tiríiiiiiiiiiiiiiiiii, como el séptimo de caballería. Aunque procuraré que esta maravillosa sensación me dure mucho, por desgracia la que se me viene encima es de campeonato y posiblemente no lo logre, pero mira, ¡que me quiten lo bailao!