He pasado una noche muy mala, he dormido fatal. El gato no se callaba ni debajo del agua y no he podido pegar ojo. ¿Y cuál es el resultado? pues que me levantado con un dolor de cuello y de espalda que me muero, y con unas bolsas debajo de los ojos que ríete tu de las de Carrefour.
En la ducha se me había acabado mi crema de baño favorita y he tenido que utilizar el champú, así que ahora huelo a frambuesa y moras que tira de espaldas. Después he ido a tomarme mi cafecito de rigor(el de antes de salir de casa) y no quedaba ni una gota en la cafetera. Así que he tenido que poner otra cafetera y he esperado a que el café se hicera mientras ponía la lavadora. He notado que mi cafecito estaba a punto cuando he notado un intenso olor y un extraño ruido. Y es que se me había olvidado poner debajo el recipiente (o cacharro, como lo lamo yo), y todo mi preciado y oscuro líquido estaba derramado por la encimera de la cocina. Casi lo he tenido que lamer para poder tomar unas gotas.
Resumiendo, que tampoco quiero contar todas las actividades que he hecho en un par de horitas desde que me he levantado: Parece que este día no pinta como uno de los más redondos de mi vida. Casi me dan ganas de meterme a la cama otra vez. ¡Quién pudiera!
No hay comentarios:
Publicar un comentario