Pues vaya.
Se supone que una vez obtenido el documento debería sentirme más libre, más yo . Pero no. Lo único que siento es un vacío y una triste indiferencia o una tristeza indiferente, o que se yo. Y eso es todo.
Porque al final nuestra libertad está en nosotros mismos, no en un papel, no en una firma. Sino en nuestra cabeza. Y nuestro corazón.
1 comentario:
Ay...LOVELY...niña, que el verano no nos sienta demasiado bien, me parece...
pero todo pasa, son rachas...a veces, aunque sea una simpleza, es lo que me "aguanta", saber que aunque me sienta por el "arrastre", pasará...
Un besazo!
Publicar un comentario