She's got the look

Ya está aquí, ya llegó. Nochebuena, una palabra que inspira emoción y pánico a partes iguales.

Dejando de lado que la cantidad de gente que vive en el umbral de la pobreza (y qué umbral, en la pobreza misma!) aumenta a marchas forzadas y parece que no hay quien lo pare, y que a pesar del marvilloso plan B de Eroski para ahorrar en Navidad, no tendrán un polvorón que llevarse a la boca, hoy hablaré de un tema crucial en estas fiestas: los pelos. Bueno, el peinado.

Salvo honrosas excepciones de familias fenomenalmente allegadas, ya sabemos que en muchísimos otros hogares la cena de Nochebuena es una tortura y una auténtica carrera de obstáculos a superar. Para darte seguridad en esos momentos tan delicados no hay nada mejor que acudir a la cena con un buen postre casero (aunque lo hayas comprado en el super a última hora) entre las manos, y un buen peinado enmarcando tu rostro. Y dientes, muchos dientes (jejeje).

Hoy me ocuparé del peinado y ya otro día repasaremos la importancia de los complementos (esos zapatos, esos bolsos) y del maquillaje.
Traigo dos propuestas interesantísimas que sirven tanto para Nochebuena como Nochevieja, como Reyes, como para el día internacional del Berberecho salvaje.

Propuesta Number One: Con un par de... moñetes.


Una forma sutil de decirle a tu suegra (con mis respetos a las suegras que son unas santas)hasta dónde te tiene : hasta los mismísimos. Y por si no lo pilla te pones unas serpentinas. Esta es la propuesta Fín de año. Para la cena mejor te pones un espumillón dorado, que pega con todo.

Propuesta Number Two: Hasta las pelotas.


Bonito y femenino semirecogido con unas graciosas pelotillas rojas de adorno. Se pueden sustituir por unas bolas de navidad tan grandes como consideres oportunas.
Ideal para ignorar a quien se siente a tu derecha, pues te evita verle hasta de reojo. En situaciones tensas muestra el otro perfíl para que se te vean bien las bolas.

Triunfarás.