Hoy en día un@ no es nadie si no sabe hacer cupcakes.
Los cupcakes son los primos lejanos de las magdalenas de toda la vida. Son más coloridos, más elaborados, más recargados, más dulces y mucho más cursis que mis queridas magdalenas. Las pobrecillas parecen las hermanas pobres cuando se las compara con aquellos: con su sencillo papelito blanco y sin parafernalias ni corazoncitos de caramelo, ni crema de color azul o verde pistacho, ni nada de nada (como mucho un chorrito de anís).
En cambio ¡qué gusto da mojar una auténtica magdalena o mojicón en el café o el cola cao de la mañana!!. Una esponjosa, deliciosa, simple y tradicional magdalena... sin aditivos, colorantes, conservantes ni zarandajas.
Ummmmm!! y ese olorcito tan rico...
¿Tú con cuál te quedas??
2 comentarios:
Yo como Antonio Recio, me quedo con las magdalenas de toda la vida. Los cupcakes son demasiado empalagosos; y eso que a mí me encanta lo dulce.
PD: Qué pin-up más picarona :)
Magdalenas of course. No podemos negar que los cup cake son preciosos pero es que yo no puedo con la butter cream.
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