26 febrero, 2012

Redondeces

Dado mi estado de gravided , que no de gravedad, mi cuerpo experitmenta cambios inevitables y asombrosos.

Para alguien tan "chic" como yo resulta traumático no caber en las prendas de marca que siempre utilizo (seleccionadas en los mejores mercadillos mundiales). Y ahí surge la desesperación. Porque de pronto todo te sienta fatal y pareces un saco de patatas. En cambio ves a otras futuras mamás que van monísimas de la muerte y todo les queda de cine.

Estoy muy desorientada, tengo que reencontrar mi estilo si no quiero acabar pareciéndome a Mamá Cass. Ésta sí que sabía disimular el michelín. Utilizaba la táctica de la túnica que todo lo tapa desde cuello hasta el tobillo. Bueno, a veces nos sorprendía con alguna otra improvisada creación.

Por cierto, Mama Cass tuvo una vida digna de leer, no como otras que van por ahí escribiendo sus autobiografías. Su obesidad fué finalmente la causa de su prematura muerte a los 32 añitos después de haber vivido un gran éxito profesional y un gran fracaso personal y emocional. Qué sufridos son los famosos.!
Sus mayores éxitos los consiguió con el grupo "Mamas and the Papas", estos cachondos de la foto:

Dejo como muestra este vídeo de uno de sus más celebérrimos temas. Hacían muy mal el playback, pobrecicos míos. Pero lo más importante es que cantaban como los ángeles. Y reconozcamos que hay que tener valor para subirse a un escenario como ése, repleto de amenazadoras tulipas gigantes.

Here comes the sun, my sweet George.

Dear George,
Ayer fué tu cumple y no es que se me olvidara: Aquí estoy. Llego con un día de retraso pero lo importante es llegar.

Tu eterna canción nos recordaba que el sol siempre acaba saliendo. "Siempre que ha llovido ha escampao", dice mi madre. Así que aunque la que está cayendo es muy gorda tendremos la esperanza de que todo pasará.

La escucharía mil veces. Me refiero a esta canción, claro. No te dan ganas de correr en pelota picada por un campo verde lleno de florecicas??.

07 febrero, 2012

"Grandes Esperanzas" y otras historias

Esta mañana Google nos recuerda que hoy se celebra el segundo centenario del nacimiento de Dickens.

No puedo decir que sea una gran lectora de su obra, pero recuerdo haber leído con gusto hace mcuchíiiisimo tiempo "La pequeña Dorrit". Y por supuesto las diferentes adaptaciones cinematográficas de sus principales obras: "Canción de Navidad", "Historia de dos ciudades", "Grandes Esperanzas", "David Coperfield" y el inolvidable "Oliver Twist".

De esta última existen muchas versiones, una de ellas musical (dirigida por Carol Reed), que nunca he conseguido ver entera porque el sopor me vence. Pero he de reconocer que la carita de ese Oliver se me quedó grabada para siempre.





Pero tanta desventura y tanto drama quedan mejor reflejados en blanco y negro en una versión más antigua dirigida por David Lean donde los malos no parecían malos, sino peores:











05 febrero, 2012

La aventura de ser madre




Había una serie de televisión hace millones de años, que se llamaba "La aventura de las plantas" (con una sintonía de Joel Fajerman que nunca olvidaré), y la en la cabecera de inicio se veía el crecimiento de una planta: cómo germina, como brota, como va creciendo, hasta que florece.

Pues así me siento yo, como una maceta. Vale, no es un símil muy poético, pero la realidad es ésa.
Para alguien como yo, a quien la llamada de la maternidad no acababa de llegarle (al final fué la propia maternidad la que se presentó en casa sin avisar ni nada, y yo con estos pelos), es toda una experienca sorpendente, emocionante e inesperada. Porque una nunca sabe lo que se puede llegar a sentir hasta que se siente, claro está. Y a parte de sentir náuseas y mareos también se siente un gran amor por una cosita que está ahí dentro creciendo a toda velocidad, a la que sin comerlo ni beberlo le vas a transmitir tu código genético le guste o no, tus neuras, le gusten o no, y todas tus alegrías y también tus preocupaciones. Entonces te entra un sentido de la responsabilidad que nunca antes habías experimentado. Y eres consciente de que es personita va a depender de tí durante mucho tiempo. Y tendrás que ser un ejemplo para ella. Y tendrás que esmerarte en su educación (no me refiero a pagarle un colegio privado, creo que me entiendes).Y ...

Madre mía, ¿dónde me he metido?.

Por suerte hay también cosas buenas: Siempre es un motivo para la esperanza. Tienes la posibilidad de hacer de ella una persona con fundamento (o sin ninguno, y no siempre dependerá de tí)o al menos procurarlo. Puedes compartir toda la música de tu vida con ella. Puedes enseñarle tus sitios favoritos, y descubrir juntos otros nuevos. Compartir aficiones, sentimientos, experiencias y muchas risas.

Pero ya estamos adelantando acontecimientos. Todavía queda mucha espera, mucha espectación, mucha ilusión y cierta incertidumbre por delante.