13 junio, 2013

De uñas y pezuñas

   
A la hora de completar un look hay ciertos detalles que no se nos deberían pasar nunca por alto.

Mas allá de  llevar la ropa planchada (y a ser posible limpia y sin lamparones), un cabello sano (la caspa es tu mayor enemiga), unos zapatos lustrosos y un maquillaje esmerado, nunca jamás hay que olvidar unas uñas bien cuidadas.
De un tiempo a esta parte y dada mi naturaleza observadora he notado que proliferan los locales dedicados única y exclusivamente a las uñas: de gel, de porcelana, manicuras francesas, ... por algo será, no?


Porque las uñas no solo son esas cositas que tenemos al final de los dedos, con las que nos rascamos cuando nos pica y nos las mordemos cuando estamos nervios@s. Las uñas son algo muchísimo más complejo que además dice mucho de nuestra personalidad. Llevarlas limpitas y recortaditas es muy importante para dar una imagen pulcra (nada de llevarlas "de luto").

Pero si lo que queremos es ir a la última e impactar, nada mejor que lanzarnos a decorarlas. Últimamente las uñas se llevan pintadas de múltiples formas, tantas como te permita tu imaginación y tu arte a la hora de combinar coloridos.
Y ahí es donde empieza lo peliagudo. ¡PELIGRO! Hay que saber ponerse unos límites si no queremos acabar hechas un cuadro (algunos estilismos dan auténtico repelús). Recuerda que eres tú quien lleva las uñas, no las uñas te llevan pegada a ti.

 
Antes de cometer semejante desastre es preferible recurrir a los clásicos y modositos estilos monocolor. Recuerda que casi siempre menos es más, y con las uñas pasa lo mismo.



 Yo reconozco que soy una clasicona  y me quedé en la paleta de colores de Margaret Astor, como los de este anuncio:




Pero creo que debería lanzarme  a decorar mis uñas y mis pezuñas.

Así que tendré que ir haciendo hueco en casa para guardar esos tropecientos botecitos de laca de infinitos colores, afinando ese pulso que dios me ha dado y lanzándome al emocionante mundo de la ilustración en miniatura. Sin duda todo un arte.



11 junio, 2013

Crónicas Marcianas

        

 
E-o-e Aleluya, pronto viviremos en la luna,
 
Eso decía una canción de Victor Manuel.
 
Y en la luna no lo sé, pero a lo mejor en poco tiempo nos vemos viviendo en Marte, fíjate, quién nos lo iba a decir!

Parece ser que en cosa de diez añitos habrá montada una colonia habitable en el planeta Rojo, que se irá poblando cada dos años con nuevos habitantes. Solo el primer viaje ya costará la friolera de 6.000 millones de dólares, y los siguientes 4.000 millones cada uno. Casi ná!

Y digo yo si no habrá otra cosa mejor donde emplear ese dinero. Me parece una vergüenza que estando como están las cosas nos gastemos una pasta en excursiones por el espacio sideral.

Viaje con nosotros a mil y un lugar...

Otra cosa que me pregunto es qué tipo de persona está dispuesta a apuntarse a esta aventura, cuando lo único cierto que hay es que nadie podrá volver jamás.... solo pensarlo me entran sudores fríos. Conmigo que no cuenten para nada!, a mí no se me ha perdido nada en aquellas lejanas, rojas y monótonas  latitudes. Me quedo con mi Planeta azul, con su capita de ozono y su oxígeno más o menos respirable.

Y para colmo la principal forma de financiación de este disparatado proyecto es convertirlo en una especie de reality-show , un Gran Hermano marciano retransmitido a escala mundial. ¡La que se va a liar!
De juzgado de guardia me parece todo esto.

 


    

09 junio, 2013

Buscando el Sol (desesperadamente)

 
Querido Sol
Si lees esto, vuelve a casa. Te esperamos, te echamos de menos. Las playas no son lo mismo sin ti, ni las mañanas de los domingos.
Las plantas están muy tristes, te necesitan. Los humanos estamos muy tristes, necesitamos tu luz y tu calorcito para mantener arriba el ánimo. Los gatos no pueden dormitar a gusto si no es bajo tus rayos.
Las cremas solares reposan en sus estanterías y las gafas de sol están aburridas en el fondo de los bolsos esperando a que tu salgas para lucirse.
T queremos, te necesitamos.
Vuelve pronto, por favor.